lunes, 30 de julio de 2012

Psicología: Ataques de ansiedad

Ataques de ansiedad (ataques de pánico o crisis de angustia)

Puede pasar que un día, mientras estamos realizando una actividad cualquiera, en un lugar conocido (como por ejemplo: un centro comercial, en el coche, en un trasporte público, en el cine, o sencillamente en el sofá de nuestra casa) experimentemos, de forma repentina y sin saber muy bien porqué, un malestar físico muy intenso.

Algunos de los síntomas que podemos tener podría ser cualquiera de los siguientes: sudores, respiración agitada, ahogo o dificultades para respirar, nerviosismo, dolores intensos (de cabeza, abdominales, etc.) presión en el pecho, palpitaciones, taquicardias, náuseas, inestabilidad, mareos, desmayos, hormigueos o cosquilleos, vértigos, etc.


Es probable que estas sensaciones vengan acompañadas de miedo, principalmente miedo a padecer alguna enfermedad (o morir), miedo a perder el control y/o miedo a estar “loco”. Seguramente nos preguntemos qué es lo que nos pasa, y por qué nos ha pasado, lo más normal es que no encontremos respuesta…

Consecuencias lógicas después de vivir un episodio así serían: que empezásemos a vigilar nuestro cuerpo y nuestras reacciones físicas (tanto para ver si nos pasa algo grave como para intentar controlar que nos vuelva a ocurrir) y que desarrollásemos cierto miedo al lugar donde ocurrió la situación (centro comercial, coche, etc…)

Si nos ha ocurrido esto es probable que acabemos de sufrir un ataque de ansiedad (ataque de pánico o crisis de angustia), y aunque es lógico que tengamos miedo, seguramente ni estemos “locos”, ni enfermos, ni vayamos a perder en control de las situaciones.

Es una situación muy desagradable pero tiene solución.

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