El niño es un ser en
evolución que tiene que desarrollar su sistema inmunitario. A través de la
Homeopatía lo que se pretende es ayudar a que sus defensas sean más eficaces,
sepan enfrentarse mejor a las enfermedades comunes que son propias de toda la
infancia y reducir al mínimo la utilización de otros medicamentos como
antibióticos, antiinflamatorios, etc., que de todos es sabido sus efectos
secundarios.
La Homeopatía bien indicada por un profesional, produce en los padres una grata
sorpresa al ver que pueden solucionar un problema de su hijo simplemente con
unas pequeñas bolitas. El sabor de las bolitas homeopáticas (gránulos) es
dulce, lo que les hace más agradable y mejor aceptados por los niños. Su
absorción es rápida e instantánea. Por lo tanto, es una medicina que no causa
náuseas ni dolores en el estómago. Se parece más a una golosina, con lo que es
perfectamente aceptada por los más peques de la casa.
Un niño puede ser tratado homeopáticamente desde sus primeras horas de vida,
porque el valor agregado de este tratamiento es que no tiene riesgos de toxicidad,
ni efectos colaterales, además de curar y prevenir enfermedades. La eficacia de
los medicamentos homeopáticos está contrastada en muchas alteraciones y síntomas
comunes que van de intensidad leve a moderada. Es útil para estimular las
defensas del niño cuando inicia la guardería o el colegio.
En la infancia las infecciones de nariz, oído y garganta son habituales y el médico
debe recurrir a productos que sean lo menos agresivos posibles y que puedan
provocar la mejor reacción posible del organismo y la Homeopatía es una
herramienta perfecta en este terreno. Las infecciones infantiles aparecen muchas
veces debido a las bajas defensas de los niños. Los tratamientos homeopáticos
actúan a un nivel profundo, en la raíz de la enfermedad, llevando asociado un
aumento en las defensas. Debido a que la Homeopatía mejora la resistencia en
los niños estos dejan de estar enfermos con tanta frecuencia.
Otro tema de consulta habitual es el cólico en los lactantes, esta
patología preocupa a muchos padres. ¡Mi hijo no me duerme! , si es un
niño que le cuesta entrar en sueño o concilia perfectamente el sueño pero
se despierta muchas veces a lo largo de la noche, el homeópata tiene muy en
cuenta estos síntomas, si es un niño que suda o no suda, si tiene hambre por la
noche; todas estas pequeñas variables dan pistas sobre la búsqueda del
medicamento para equilibrar el sueño. El sueño es una faceta de la vida del
niño a la que hay que prestar especial atención ya que influye en su
desarrollo y bienestar. La Homeopatía es útil en estos casos, muchas
veces desesperantes para los padres.
Muchos niños afectados de alergias y de asma son tratados satisfactoriamente
con homeopatía. No debemos olvidar el
tratamiento homeopático en niños nerviosos, enrabietados, tristes y estresados
por sobrecarga escolar y de actividades extraescolares y de los cambios en el
comportamiento ante situaciones nuevas (inicio del colegio, nacimiento del
hermano...).
La acción de la Homeopática es
un instrumento compatible con cualquier otro tratamiento. En los niños se tiene
una gama muy amplia de productos homeopáticos. Los medicamentos homeopáticos,
carecen de efectos secundarios, de toxicidad y no crean interacciones con los
medicamentos convencionales. Se pueden tomar a la vez, sin problemas. Si se siguen las orientaciones médicas, la
homeopatía puede ser una gran aliada en el desarrollo de una infancia saludable
y resistente a las enfermedades.
Jose Luis Carbonell
Homeópata. Kinesiólogo.
Especialista en Dietética y Nutrición.
Especialista en Nutrición
Infantil.
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